Estimado r-malak:
Algunas preguntas relacionadas a la
felicidad, la conciencia, la plenitud,
karma, el destino, la predestinación y muchos más términos similares.
“…No existen los eventos casuales, y
no hay eventos o cosas que existan por y para sí mismos, en aislamiento. Los
átomos que formaron tu cuerpo fueron forjados dentro de estrellas, y las causas
de incluso el más pequeño evento son virtualmente infinitas y conectadas con la
totalidad de maneras incomprensibles. Si quieres rastrear la causa de cualquier
evento, tendrías que retroceder todo el camino hasta el comienzo de la
creación. (Tomado de Eckhart Tolle, A New Earth, p.197. Traducción mía).
¿Quiere esto decir que mi pequeño
“yo” fue programado para tener características especiales (personalidad,
inteligencia, tendencies, configuración física) que condujeron la historia de
mi vida hasta el punto donde “yo” estoy hoy?
Trataré de expresarlo en otras
palabras:
¿Es correcto considerer que la vida
humana es una especie de obra de teatro en la que “yo” tengo un papel específico
escrito desde el momento mismo de la creación para envolverme en una actuación
que es compartida por todas las personas, eventos, animales y cosas que entran
en contacto “conmigo” durante mi vida?
El libreto supongo que no lo conozco,
y yo solo tengo que ajustar mi conducta a las circunstancias que aparezcan, al
Momento Presente, al Ahora. Si es así, el “público” (la Conciencia) aplaude
cada vez que “yo” volteo la cara y guiño un ojo para indicar que estoy
consciente de estar representando un papel y que si río, lloro, sufro, disfruto
o expreso felicidad, estoy consciente de que todo esto no es más que una
farsa?. ¿Es ésta una Buena forma de entender por qué se dice que el pequeño
“yo” no existe? ¿Estoy en lo correcto?
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TESTIGO
Estimado Testigo:
He comentado en otras ocasiones que
la Realidad no puede ser conceptualizada. Si pudiéramos descubrir que el libre
albedrío es ilusión, y que este “yo” por el cual me expreso es manejado por
fuerzas de las que no tengo control, de todos modos, mi principal búsqueda
sería intentar conocer esas fuerzas que me mueven.
Por tanto, precisemos: lo que somos
no es inexistente, tampoco es inconsciente, y el sufrimiento no afecta a eso
que somos. Adelantemos, además, que lo que importa es que hay una verdad, y esa
verdad es la que experimentamos, en lo que vemos y sentimos a cada momento de
nuestra vida, presenciando en el presente activo.
Conveniente es preguntar y descubrir
quiénes somos, si es cierto que somos eso que suponemos que es libre o
condicionado, y echar una mirada minuciosa a nuestra posición, cualquiera que
sea la verdad, la cual nos permitirá reconocer el laberinto en el cual estamos
sumergidos.
Por tanto la pregunta necesaria es ¿qué
somos?: ¿cuerpo, mente, emoción, o un coctel de todas ellas? Esta identidad, la
cual llamamos persona, es una expresión temporal, un instrumento de
manifestación de la conciencia. Quizás es mejor decir que, como expresión
individual, somos conciencia centralizada. Ahora, si nos apegamos a vernos como
una forma y una identidad que se mueve en el plano del Hacer (tiempo-espacio),
quedaremos atrapados por todas las influencias y fuerzas que controlan la forma
y la identidad, quedando expuestos a todas la vicisitudes de las expresiones
vivas. En cambio, cuando realizamos que eso es solo una ilusión, todas las
limitaciones o condicionamientos se diluyen.
Recogiendo antecedentes de la
historia, como expresión y manifestación, el hombre ha conquistado muchas de
las cosas que él temía y ahora controla casi todas las cosas vivientes.
Esta comprensión alejó el temor de quedar expuesto a los elementos, lo que le
permitió ejercer supremacía por el ejercicio de su propia mente, esa expresión
de la conciencia que está diseñada para manejar el espacio tiempo, que, con su
habilidad de razonar y pensar, lo convirtió hasta ahora en maestro su
ambiente. Considerando obviamente ciertas limitaciones. Es natural que dadas
las circunstancias del ambiente seguimos respondiendo a un programa de
procesamiento diseñado. La duda es ¿hasta qué grado somos libres y hasta qué
punto las cualidades y acciones y pensamientos están libres o determinados por
fuerzas que están más allá de nuestro manejo? Hemos transformado el
ambiente donde vivimos, algunas veces constructiva y otras destructivamente.
Los ecologistas dicen que si se deja a la naturaleza sin intervenirla, esta
funcionará armónicamente. El sol sale cada día, las lluvias caen, etc. La
naturaleza no persigue un fin intencional, ella funciona de acuerdo a las leyes
que la equilibran.
Vivir en este plano no es hostil o
indiferente, estamos inmersos, ya sea como forma, o como el Sí mismo. Cuando
entendemos que no somos la forma, los sufrimientos desaparecen por sí solos,
por tanto el principal objetivo apunta a librarnos de la idea de que somos
limitados. Precisando que ya apegados a la forma, lo que puede ser bueno para
unos puede ser desastroso para otros.
El principal objetivo de
investigación es saber qué somos y por qué este cuerpo tiene limitaciones y
fortalezas. Si creemos o no en nuestra individualidad y libre albedrío, no nos
ayuda a comprender realmente lo que somos. Se sabe que no hacer nada es la peor
de las elecciones. Podemos tomar conciencia mientras aprendemos. La traba
consiste en creer que somos los hacedores de las acciones y se agrava cuando
nos apegamos a los resultados de ellas. Desde que se nace como persona, no se
es, ni se puede llegar a ser, completamente libre, quiero decir que no se puede
hacer nada respecto a ciertas condiciones de nuestro nacimiento. No tenemos una
opción respecto a quienes son nuestros padres, cuál es nuestra raza, de qué
país será nuestro origen y otra serie de condiciones.
Ahora, reconociendo que somos Si
mismo, o dicho de otro modo, Ser que es Todo, que siempre hemos sido Uno sin
segundo y nunca ha habido un principio, la comprensión de lo que es se presenta
fuerte y evidente.
Hay muchísima confusión, por ejemplo
algunas personas pretenden aceptar que hay dos estados: uno, el de la ausencia
y el otro, el de la presencia o existencia, de ese modo la gente intenta
conciliar estos dos estados, suponiendo que las cosas habrían emergido
como un modo fenoménico de la nada. El problema es que esa nada también tendría
una cualidad, o sea, una existencia propia, de allí que digo que de la nada no
puede venir algo y el Ser nunca ha tenido principio, es todo, aunque digan los
libros sagrados de las religiones que la creación salió de la nada o del caos.
Como si el caos fuera un estado de nada. Si existe, esa clase de estado sería
una Realidad.
Por otro lado, el libre albedrío
aparece como una libertad para hacer uso de los talentos, o para desechar lo
que uno podría ejecutar bajo ciertas condiciones, lo que es distinto a
prepararse para enfrentar las condiciones adversas. Esas son las cualidades de
uso de la inteligencia, más que una libertad o triunfo. Vivir la vida
plenamente y enfrentarnos a decisiones erróneas o selecciones equivocadas está
dentro del proceso de vivir y del uso de la inteligencia. De ese modo
aprendemos, conforme aprendemos cometeremos menos errores. Al experimentar
menos errores, lentamente la conciencia centralizada se abre a estar atenta a
posibles fuerzas exteriores inamistosas que constantemente podrían sumergirnos
en el sufrimiento e infortunio.
No somos esclavos, Sí mismo, uno sin
segundo, no admite esclavitud, y podemos regresar la mente a su fuente, que es
la conciencia esencial. Ahora, como personas moviéndonos en la conciencia como
continente provocaremos acciones, si ellas producen desarmonías e
intolerancias, tendremos que afrontar las situaciones venidas de tales acciones
y de sus consecuencias.
Nota: por lo general no hago
comentario de la forma que tienen distintos autores de ver las cosas, por tanto
me excuso de referirme a lo que dijo el Sr. E. Tolle.
Atte. R.Malak
Atte. R.Malak
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